viernes, 1 de febrero de 2013

La SD se doctora

Tercera victoria de la SD Ourol en el tercer partido de la era Álvaro Otero Martínez. Los datos hablan por sí solos. Pero son, sobre todo, las sensaciones las que hablan por sí solas. 

Intensidad, madurez, personalidad, casta, trabajo, capacidad de sufrimiento.. Todos ellos son argumentos que se mostraron en cada minuto de los 95 que duró este gran partido. Argumentos que, si se sigue en esta línea, invitan a soñar. Y soñar es gratis. 

En uno de los campos más difíciles de toda la competición nuestra SD Ourol hizo un partido soberbio. Tres puntos de oro. 

La primera mitad fue de una igualdad extrema. Dos estilos bien diferenciados pero ninguno de ellos consiguió imponerse al otro. Los nuestros con el habitual, el fútbol de toque. El conjunto polense abogó por el balón largo a la espalda de nuestros centrales a la busca de Turbo y Vangolea. En este punto hay que destacar el duelo que mantuvieron los susodichos con Adri y Pedro. Simplemente espectacular. 
Fue tanta la igualdad que la primera ocasión digna de mencionar no llega hasta pasada la media hora. En un acercamiento de los nuestros al área local Kiños tardó en armar su pierna derecha cuando lo tenía todo para fusilar a Alberto. Fue el detonante. El partido se rompió. En la siguiente José Ramón salvó el gol con una intervención magnífica. De un área a otra, era la locura.
Hasta el descanso hay que destacar dos incidencias más. En primer lugar la lesión del central polense Iago. Salió el eterno capitán Ferre, al que nos sorprendió ver entre los suplentes.
La segunda a mencionar es un cabezazo de Vangolea absolutamente franco que se fue arriba. Sólo prácticamente en el área pequeña.

Si la primera parte fue intensísima la segunda fue sencillamente genial. Los locales fueron a más, subieron claramente la intensidad en los contactos. El árbitró dejó jugar y se pudo ver una gran batalla. Cada balón se peleó como si fuera el último. Pero los goles llegaron al final.
Cuando quedaba un cuarto de hora para el final, en una jugada ensayada, Chefo la pone desde el saque de esquina y, en el sengundo palo, David Riveira la remacha a la red. Alegría en la parroquia visitante. La posibilidad de sacar algo positivo del dificilísimo Manuel Luna ganaba muchos enteros.

Los locales se lanzaron al ataque con una voracidad sin límites. Perder en casa ante un rival directo (goal average aparte) y descansar la semana siguiente suponían no sumar dos semanas consecutivas. Fruto del dominio de los locales y de la multitud de segundas jugadas provocadas en las inmediaciones de nuestro área llegó el empate. Dentro del área un remate a prácticamente a bocajarro fue despejado con los brazos por Adri lanzándose al suelo. La jugada fue confusa, de hecho, desde fuera no se apreció, pero el árbitro no dudó y Adri lo reconoció instantes después. Vangolea transformó disparando a la izquierda de José Ramón que acertó el sitio pero la potencia y la colocación del disparo eran las adecuadas. Era el minuto 85.

En frío habríamos firmado el empate antes de que diera comienzo el encuentro. Todos éramos conscientes de la dificultad del choque. Pero quedaba tan poco..

Pero el partido todavía nos reservaba una maravillosa sorpresa. Un zambobazo de Payu que, tras rechazar un defensa, se coló en la portería local despistando completamente a Alberto. Escenas de júbilo en la hinchada ourolense. Carreras, saltos y más carreras y saltos. Pero todavía quedaba mucho por sufrir..

Tras el saque de centro sufrimos un auténtico bombardeo, por tierra, mar y aire. Sobre todo, por aire. Pero aguantamos. Resistimos.

Un partido que debemos tener siempre en mente. El trabajo en los entrenamientos da resultado. Seguir en esta línea nos permitirá pelear por todo. ¡FORZA SD OUROL!

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