Llegó el derbi contra el Celeiro Club de Mar en la primera
jornada de la segunda vuelta y repitió la misma estructura que el de la primera
vuelta. Gol de, en este caso los locales, y remontada de los nuestros para
acabar llevándonos los tres puntos en disputa y conseguir la cuarta victoria
consecutiva.
No solamente parecieron partidos idénticos en lo que a los
guarismos se refiere sino también en la dinámica. Inicio presionante del equipo
ahora dirigido por Iván Castro Cora para acabar imponiendo nuestro juego no sin
antes sufrir en los últimos minutos por, en este partido, circunstancias ajenas
a los nuestros. Incontrolables.
Rial pudo cambiar el signo del encuentro a través de un
remate de cabeza desde dentro del área que se fue arriba pero la actitud de los
de O Cembedo era intensa, constante y provocaba multitud de segundas jugadas.
En una de ellas le cayó el balón a Rodras que puso un centro que se paseó por
todo el área pequeña para ser remachado en el segundo palo por Mangüel. Premio
al mejor fútbol de los situados en la última posición de la clasificación.
Pero apareció un jugador absolutamente descomunal, de otra
categoría, con un catálogo de recursos que ni por asomo poseen los jugadores de
Tercera Regional. Viri. Potencia para ir al choque con un defensor y dejarle
tirado por el camino, velocidad para ir a un balón al espacio y recuperarlo
cuando parecía perdido, desbordar a Alberto y batirle a portería vacía. La
acción del empate dotó de una confianza a la SD que perfectamente pudo irse por
delante en el marcador al descanso en una primera parte marcada por el fuerte
viento en contra que, incluso, dificultó el saque de portería de José Luis.
Como curiosidad decir que en esta primera parte se mostraron
dos amonestaciones decisivas para explicar el devenir del duelo. Ambas justas.
Una para Rodras y otra para Tele. De la primera, tras examinar el acta con
precisión de cirujano, ni rastro. La segunda, como es lógico, sí aparece.
En el inicio de la segunda mitad los libres directos fueron
los protagonistas. Lalas puso a prueba a Alberto por arriba y nuestro míster
por abajo le sentenció.
Tras el gol la polémica se adueñó del choque. En una entrada no dolosa pero sí aparatosa y
sin opción de jugar la pelota Rodras no fue amonestado por segunda vez. Con Tele Michelena no consideró oportuno
seguir el mismo criterio y decidió enviarlo a la ducha. Nuestro jugador se fue
provocando, perdón, aplaudiendo a una
hinchada entregada a los jugadores que con su entrega y esfuerzo lo dejan todo
en el campo, afición que, por cierto, hizo que O Cembedo fuese Trasvías.
Con diez peligró la victoria. Podríamos pensar que el final
del tiempo reglamentario estaba cerca pero el descuento se hizo eterno, en
parte, por su larga duración. Nada más y nada menos que ocho minutos.
Michelena pitó el final del encuentro y de camino a los
vestuarios nos dedicó un pulgar hacia arriba. Gesto que sobra. Gesto del que se
disculpó. Lo que le honra.